Los efectos que una negligencia médica puede ocasionar en la familia podrían ser tanto o más relevantes que las que a veces sufre el mismo paciente.
Habitualmente los familiares más próximos al paciente que ha sufrido los daños generados por una negligencia médica, están sometidos a una altísima presión. Por un lado, son generalmente las personas a las que les corresponde ayudar y atender al paciente afectado, tanto emocional como físicamente y, lamentablemente, en varios casos también económicamente. Ayuda que el paciente suele requerir hasta cuando su calidad de vida alcanza el nivel de vida que poseía antes de la negligencia médica, cuando ello es posible, porque en algunos casos puede ser que el paciente requiera ayuda indefinidamente.
Junto con el apoyo emocional, la familia más cercana al paciente también tiene que lidiar con todo el sufrimiento y estrés generado por el proceso administrativo que conlleva una negligencia médica, a través de la asistencia a instancias de mediación o en caso de fracasar, a las audiencias de un juicio civil.
Esto sin duda es un verdadero proceso de desgaste que impone importantes retos a nivel familiar, los cuales sólo pueden ser enfrentados y superados a través de la unión, comunicación y comprensión familiar y, en caso de ser necesario y posible, no deben dudar en acceder a la ayuda profesional.
La negligencia médica es una posición en la que nadie quiere estar. Sin embargo, por su propia naturaleza, es recomendable estar informado de lo que puede ocurrir en caso de que usted o un familiar cercano se someta a una intervención quirúrgica o acuda a un recinto hospitalario buscando ayuda médica.
Lo más relevante para usted y su familia, es mantener la calma y buscar el apoyo de los expertos en caso de que necesite asesoría.